Didáctica. Ana María Fontenla. Sesión 3 (6 de febrero de 2018)

La sesión del pasado 6 de febrero con la profesora Ana Fontenla, trató sobre los libros de texto (o métodos) y de cómo adaptarlos para hacer clases no solo más divertidas, sino más interesantes y significativas para nuestros estudiantes.

Evidentemente, hay muchos tipos de libros, y será una gran suerte que en el centro donde trabaje un profesor se utilice un libro innovador, acorde a su forma de enseñar y que proponga actividades interesantes y divertidas. Aun en este caso, habrá numerosas actividades que no están explotadas como a él le gustaría. Habrá cosas que faltan, cosas que sobran… Es decir, que el libro de texto perfecto no existe.

Normalmente los métodos pecan de proponer siempre los mismos tipos de ejercicios y actividades, ofrecer demasiada gramática y no invitar demasiado a la expresión oral. Por ello, los profesores han de saber cómo adaptar el método para que las actividades sean más divertidas y motivadoras y, sobre todo, para que los estudiantes hablen más, que es de lo que se trata en clase de idiomas, ¿no?


En principio, lavarle la cara a un libro de texto puede parecer difícil, pero con un poquito de imaginación y práctica se pueden hacer maravillas. Podemos convertir los ejercicios más repetitivos en concursos, proponer vacío real de información para los textos más aburridos y juegos de vocabulario tanto para introducir como para repasar un tema. Podemos jugar con los textos, desordenándolos, eliminando palabras, inventando títulos… Al final, se trata simplemente de despertar su interés por el material que les vamos a ofrecer para poder sacarle todo el partido posible. Y, como vimos en clase, si hay una actividad que realmente consideramos que no vale la pena, pues no pasa nada si no la hacemos. El que manda no es el libro, si no el profesor, y seguro que un buen profesor tiene motivos suficientes para hacerlo y proponer, en su lugar, algo más útil para nuestros alumnos.

Comentarios

  1. Buena reflexión. Sin embargo, no has comentado el artículo de Sussell Stannard sobre el uso de la tecnología en el aula.. Aprovecho para decirte que tampoco has hablado de las entradas del DVC en tus entradas anteriores.

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