Didáctica. María Luz Valencia. Sesión 1 (15 de enero de 2018)
En esta entrada haré una breve reflexión sobre algunos aspectos que me llamaron la atención de la primera sesión de clase con la profesora María Luz Valencia, en la que tratamos las competencias clave y cómo
incluirlas en una clase de idiomas.
Esta clase me ayudó
para reflexionar sobre varios aspectos, sobre todo en cuanto al establecimiento
de rutinas y dinámicas en la clase de idiomas y en cuanto a cómo incluir las siete
competencias clave en nuestra materia.
Por un lado, gracias
a esta sesión reflexioné mucho sobre lo importante que es tener preparada una
actividad de bellwork, es decir, una
actividad breve que los estudiantes puedan realizar mientras el profesor “se
prepara” (organiza el material, enciende el ordenador...). Esta actividad puede
ser tan breve como escribir la fecha en la pizarra o que los estudiantes
completen la frase “Hoy me siento…” en el idioma de la clase.
Esta idea me hizo
pensar en una “dinámica” que tenía cuando daba clases de ELE a grupos de
adultos. Cuando empezaba la clase, cada estudiante tenía que dar una buena
noticia al resto. Podía tratarse de algo positivo que les había pasado a ellos en
su vida personal o laboral (un viaje, una cita la noche anterior…), pero también
(y sobre todo) podían ser noticias que habían escuchado en la televisión o leído
en la prensa escrita. Mi intención, además de empezar la clase con optimismo,
era que los estudiantes leyeran (o escucharan) más en casa y estuvieran más en
contacto con la actualidad en español. Los resultados fueron muy positivos para
mí. Cada mañana, todos los alumnos preparaban su “buena noticia del día”, una
buena excusa para empezar la clase (teniendo en cuenta que en los tiempos que
corren las buenas noticias escasean) y calentar motores. Muchos de ellos, los más
ingeniosos, incluso le daban la vuelta a una mala noticia y le sacaban algo
positivo. No os doy ejemplos aquí porque ofendería a algún que otro político ;)
Realmente me parecía que la dinámica funcionaba genial, los motivaba a leer las
noticias antes de clase y hacía que la clase empezara de una manera mucho más relajada.
Tal como yo la
proponía en clase, era bastante libre. Pero para una clase de idiomas de ESO o
Bachillerato acepta numerosas variaciones. Se trata solamente de adaptarla a lo
que más motive, divierta y se adapte a nuestro grupo.
Lo que yo no tenía
en cuenta con esta dinámica, es que debería conectar esta dinámica con el tema
que estábamos viendo en clase. Confieso que yo no lo hacía, pero acabo de pensar
que no sería difícil hacerlo: basta con que la noticia del profesor (debería
ser la última en salir) esté conectada de alguna manera con lo que vamos a
trabajar en clase.
Por otro lado, tal
como hablamos en clase, los profesores de idiomas somos unos afortunados en
cuanto a la inclusión de las competencias clave, es decir, nuestras clases nos permiten
trabajar todas las competencias muy fácilmente y sin forzar.
Además de la Competencia en comunicación lingüística,
en clase de idiomas trabajamos constantemente con la Conciencia y expresiones culturales cada vez que nos centramos en
aspectos culturales de los países donde se habla nuestra lengua extranjera. La competencia digital está ya presente en
todas las clases (o así debería ser), pero además, para la clase de idiomas nos
podemos servir de numerosas apps, programas, páginas web y otros recursos en
los que los estudiantes, además de aprender el idioma, desarrollan su
competencia digital. Además, una clase bien diseñada debería ofrecer a los
estudiantes la oportunidad de poner en práctica herramientas y estrategias que
les permitan aprender a aprender,
ser cada vez más autónomos en su proceso de aprendizaje: asociar imágenes con
sonidos, adivinar significados, resolver problemas de comunicación, analizar,
razonar, utilizar la memoria…
En cuanto al Sentido de iniciativa y espíritu
emprendedor es difícil de enseñar si hacemos clases del pasado (rol pasivo
del alumno, profesor como centro de mando) pero es realmente fácil si les damos
la oportunidad a nuestros estudiantes de tomar decisiones en clase y de participar
(y, sobre todo, los motivamos de forma que quieran hacerlo).
Lo mismo ocurre con
las Competencias sociales y cívicas.
La práctica comunicativa ayuda a los estudiantes a desarrolla habilidades sociales
como trabajar en equipo, expresarse en público o la capacidad de negociación. Además,
la clase de idiomas permite al alumno reflexionar sobre su propia realidad
social y la de otros países, sobre las diferencias culturales y lo que es
correcto e incorrecto tanto en su cultura como en otras.
Por último, con
respecto a la Competencia matemática y
competencias básicas en ciencia y tecnología, he de confesar que, a priori,
parece difícil incluirla en una clase de idiomas. Sin embargo, en clase vimos
que podemos incluirla de varias formas: trabajando con fechas, con cifras, con
horas, con enigmas matemáticos… En la próxima entrada os ofreceré una propuesta
de actividad en la que se trabaja (¡y mucho!) la competencia matemática. ¡Hasta
entonces!
Muy boa reflexión. A idea de comezar cunha "boa noticia" paréceme estupenda, e clro que sí, moitas veces podemos meter unha actividade que queiramos facer especialmente un pouco con calzador, o importante e que se vexa que todo o que facemos en clase "has a rhyme and a reason", que está planificado e relacionado, non son simplemente ideas improvisadas.
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