Diario 2: Escuela Oficial de Idiomas (tema 4) y primeras conclusiones sobre las programaciones didácticas (tema 5) (sesión 2)
Como ya
comenté en mi anterior entrada, en la primera parte de la segunda sesión de clase terminamos el tema 4 viendo mucha
información interesante sobre las Escuelas Oficiales de Idiomas.
Las EOI forman
parte de las llamadas Enseñanzas de régimen especial. Se trata de enseñanzas no
obligatorias, pero sí regladas. Por el momento se encuentran reguladas tanto
por la LOE como por la LOMCE.
Las EOI imparten
las lenguas comunitarias y otras lenguas extracomunitarias importantes desde el
punto de vista cultural o económico (como chino, japonés, árabe o ruso).
En cuanto a
las competencias, el Gobierno del Estado se encarga de aspectos como las
exigencias mínimas del nivel Básico, de las enseñanzas mínimas de los
currículos de los niveles Intermedio y Avanzado, de la duración mínima y máxima
de Intermedio y Avanzado o de la movilidad entre escuelas de todo el país. En
cuanto al Gobierno Autonómico, se encarga de cuestiones como la organización y
las características del nivel Básico, de la regulación de los certificados acreditativos
del nivel Básico o del establecimiento de los currículos de los niveles Intermedio
y Avanzado. Por su parte, los centros son los encargados de desarrollar el
currículo por medio de sus programaciones y el PEC y de organizar y evaluar las
pruebas, así como de certificar el nivel.
He de confesar
que esta cuestión de las competencias me pareció un poco confusa, por lo que
seguiré informándome e iré ampliando y completando esta información.
Al final de la
sesión empezamos el tema 5, que trata sobre las programaciones didácticas. En
la próxima entrada os hablaré más sobre esto, pero ya os adelanto las primeras
conclusiones a las que llegamos en esta segunda sesión.
1) A diferencia de lo que tradicionalmente se ha pensado, una
programación didáctica no puede girar nunca alrededor de los contenidos.
2) Los elementos más importantes de una programación
didáctica han de ser los objetivos, la metodología y la evaluación.
Los objetivos son el punto de partida de
cualquier programación didáctica. Responden a qué pretendemos, como docentes,
que sepan hacer (capacidades) nuestros alumnos. Por su parte, los contenidos están simplemente a
disposición de los objetivos, son los medios para llegar a un fin (el
objetivo), nunca los fines en sí mismos.
La metodología es imprescindible, pues
determina de qué forma el docente conseguirá los objetivos. Podemos decir que
es incluso más importante la forma de llegar que si se llega o no. Una
metodología basada en el trabajo colaborativo, en la participación, en la
atención a la diversidad o en principios como la confianza, la autoestima y la
motivación dejan una huella en el alumno muy diferente de la que puede dejar,
por ejemplo, una metodología basada en la memorización pura y dura, en la
represión o el castigo. Como docentes, debemos de tener esto en cuenta en todo
momento.
Por último, la
evaluación (nunca entendida como calificación) es imprescindible ya que
es la única forma que tenemos de determinar si hemos conseguido nuestro propósito
y hasta qué punto lo hemos conseguido. Si no evaluamos el proceso de
aprendizaje de nuestros alumnos, su grado de consecución de los objetivos, nuestra
programación didáctica o nuestra actuación docente, ¿cómo podremos saber si lo
estamos haciendo bien?, ¿cómo podremos saber qué debemos cambiar para mejorar?
En conclusión,
la programación didáctica está formada por diversos elementos interconectados
entre sí. El punto de partida han de ser los objetivos y, a partir de ellos,
debemos crear un conjunto coherente, lógico, flexible y contextualizado.
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